quinta-feira, fevereiro 12, 2009

Texto de Nuestros Hermanos Charrua/

Jalaná

Que lindo que es reír, aún sin razón… como si fuera necesario tenerlas para que la alegría se haga canto, carcajada que nace vaya uno a saber en que rinconcito del alma para adueñarse del cuerpo entero, al menos por un momento. Pues si, el indio se descubrió a si mismo, costó, pero a punto de perder la cordura en el ciclón de la rutina de una sociedad cruel se dio cuenta de que la cosa no iba por ese lado y que si seguía en la rosca de intentar pisar a alguien para poder seguir adelante, evitando ser pisado a la vez iba a terminar mal. Se parecía mucho a esas rueditas para correr que tienen los cuis en sus jaulas, y que al único lugar que podía llegar de esa manera era a un hospital o un cementerio. Eso, aunque en un principio parezca no tener conexión, y sin ningún motivo aparente le hizo soltar una carcajada de antología, y en ese acto, romper todas las cadenas que lo aprisionaban a la noria de la rutina, la cual vuelta a vuelta, se alimentaba de su espíritu, reduciéndolo a una especie de batería que alimentaba a un sistema enfermo y a la vez patógeno.
La werken una vez me dijo que el pueblo charrúa era solidario al extremo, esa era una de sus características mas destacables, los hombres fuertes nunca abandonaban a los ancianos mujeres y niños, en los momentos en el que el grupo tenía que moverse los que marcaban el ritmo eran los mas lentos y el resto acompañaba sin dejar a nadie a las buenas de su destino, el destino de uno era el de todos. Nada de andar valiéndose de los más débiles como escudo, nada de andar perjudicando a nadie para beneficio propio, cosas propias de una mentalidad de ya saben quienes….. mientras me regañaba por ciertos desacuerdos que no valen la pena recordar, (no me hagan pasar vergüenza), la werken me instruía, "Yamandú, tu pueblo, era un pueblo que volvía al campo de batalla para ayudar al enemigo herido…." Baya si sobran los motivos para sentirse feliz de pertenecer a un pueblo que aparte de ser duro entre los duros, mantenía intacta su dulzura, su humanidad y todo eso viviendo y dejando vivir.
El inchalá levantó la cabeza, miro sus manos, despedazó las cadenas que lo ataban al yugo y se negó a seguir las pautas del woc, desde ese momento se propuso ser un hombre libre, si ha de seguir normas de convivencia, el elegiría cuales, y eligió ser charrúa. Es tiempo de festejar, cambia la tristeza que oprime por la alegría que contagia, ayuda al hermano, no castigues al caído. INAMBÍ ATEI INCHALAS. ¡OCJO JALANÁ TEN!!!! Yamandú.
-- Los Pueblos Originarios decimos hace milenios: .... "somos las diferentes caras de una misma alquimia" ........ con el espíritu del águila, junto al espíritu del cóndor, que mi espíritu vuele por el cosmos en busca del conocimiento y la verdad .... Huebilú.

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